Soñando con pañuelos, denota coqueteos y asuntos contingentes. Para perder una, presagios de un compromiso roto por causas ajenas a la suya. Para ver los rasgados, predice que riñas de enamorados se alcanzan tales estrechos que la reconciliación sea improbable, si no imposible. Para verlos sucios, anuncia que va a ser corrompido por las asociaciones indiscriminados. Para ver las blancas puras en grandes lotes, anuncia que va a resistir las lisonjas insistente de personas sin escrúpulos y el mal de mente, y así poder entrar en altas relaciones con el amor y el matrimonio. Para ver los colores, denota que mientras que sus compromisos pueden no ser estrictamente moral, se las arreglan con tal ingenio que van a eludir el oprobio. Si ve pañuelos de seda, denota que su agradable y personalidad magnética arrojará su alegría irradia a los demás, por lo que por sí mismo una vida afortunada. Para una mujer joven a la onda adiós o el reconocimiento con el pañuelo, o ver a otros que hacen esto, indica que pronto hará un viaje de placer cuestionable, o ella puede correr a sabiendas el guante de la desgracia para asegurar un cierto placer imaginario.